3 de diciembre de 2008

Un Ejemplo de Vida

Luego de estar al borde la muerte debido a un accidente vascular encefálico, se encuentra en franca recuperación y con muchos planes a futuro. Ligado al AutoClub como socio y como cooperador en algunas actividades específicas, afirma que la marcha institucional se encuentra con sólidas bases y con proyecciones importantes. Entrevista 001

La historia de Eduardo Marino, definitivamente es un ejemplo de vida. Y es que durante el saludo en los momentos previos a la entrevista de este socio del AutoClub por 25 años, nunca nos imaginamos con lo que iba a relatar y que se relaciona con los momentos más complejos de su vida. Sobre todo por su expresión alegre pero a la vez de una tranquilidad enorme.
Para quien no lo conoce, al igual que nosotros, por lo menos en los momentos previos a la entrevista, nadie podría haber afirmado que hace poco más de dos años estuvo al borde de la muerte debido a un grave accidente vascular encefálico, cuyas consecuencias fueron nefastas en un comienzo. “No podía mover ninguna parte de mi cuerpo, solamente podía pestañear y responder sí o no a lo que me preguntaba mi familia, pero tuve plena conciencia de lo que me estaba pasando”, recuerda.
Sin embargo, a poco andar, el destino le tenía otra difícil prueba: problemas renales que derivaron en una infección generalizada que casi terminan con su vida nuevamente. Incluso, Eduardo Marino relata que escuchaba a los médicos decir que “ya no había prácticamente nada qué hacer”. Sin embargo, y pese a todo, salió nuevamente de su extrema gravedad. Pero lo difícil estaba por comenzar y las dudas en toda su familia y en el círculo de amigos más cercano ya asomaban con fuerza: qué pasaría a futuro con el día a día y con su recuperación.
Las terapias eran agotadoras y muchas veces dolorosas, pero la determinación fue un factor clave en este duro proceso. Los resultados no se hicieron esperar y los avances quedaban en evidencia con el correr de los meses. “Poco a poco pude ir moviendo un brazo primero, luego el otro. El problema era que me faltaba fuerza y se me caían algunas cosas. Tuve además que volver a hablar, ya que al comienzo solamente balbuceaba algunas cosas que nadie entendía”, explica.
El aspecto motriz estaba seriamente comprometido. Sin embargo, en la actualidad y luego de varios meses, esto parece haber quedado en el pasado. Lógicamente que restan algunas secuelas que las quiere superar y trabaja diariamente muy duro para ello. Tanto así, que su ansiedad en algún minuto le pasó la cuenta. “Al tratar de hacer un giro me caí y me fracturé dos costillas”, reconoce. En el momento que ocurrió el accidente había salido con su scooter eléctrico, pero sin su celular. Su familia, conformada por su señora Viby Gálvez y sus hijos Eduardo Martín y Sebastián Andrés, al ver que no llegaba y sin poder ubicarlo, se preocuparon mucho y salieron a buscarlo, encontrándose con las consecuencias ya descritas.
Esto obviamente no lo ha detenido. Al contrario, sigue con su lucha permanente junto a su familia, que sin duda ha sido un pilar importante en todo su proceso de rehabilitación.

Eduardo Marino, dice que la recuperación no tiene recetas mágicas y que la clave es el trabajo y no “bajonearse, planteándose metas inmediatas e ir cumpliendo ciclos.
“Nunca me cuestioné. Nunca dije, por qué a mí. Lo único que tenía claro que debía superar esto, con mucha fuerza interior y sabiendo que hay cosas por qué seguir dando batalla. Yo creo que esto también tiene que ver un poco con la formación personal y valórica de uno”, afirma.
Agrega además que el AutoClub tuvo mucho que ver con su recuperación. “Conversamos con Patricio (Ly) y me ofreció todo su apoyo para realizar parte de mi hidroterapia en la piscina del club junto a mi kinesiólogo. Esto me ha ayudado mucho en la parte de movilidad y equilibrio”, expresa.
Este dentista de profesión, dice que tiene una vinculación permanente con la institución y que en la actualidad colabora con el boletín semanal del AutoClub y también con el de la rama de Golf. Este sentido de pertenencia ha sido permanente en el tiempo, más aún en estos momentos en los que desarrolla actividades específicas. Marino se refiere con mucho afecto sobre el AutoClub y manifiesta que ha tenido durante el último tiempo un crecimiento explosivo en lo que se refiere a las capacidades de las ramas deportivas y en cuanto a su organización. “Si esto en estos momentos se administra como una gran empresa”, asegura. A su vez, agrega que la da la impresión que se ha tenido la capacidad de proyectar y conectar al club con la ciudad y con grandes empresas.
“Hay proyectos más aterrizados y de largo plazo para hacer crecer al club. Hay más gestión debido a que hay más socios y más empresas vinculadas. Y por otra parte, las actividades externas como el torneo de tenis Future, el nacional de gimnasia y el abierto de golf, le han dado un mayor auge y plusvalía al club”.
Sin duda que la experiencia de vida de vida de Eduardo Marino constituye un mensaje para todos quienes en algún minuto se quejan debido a problemas bastante menores y que tienen varias vías de solución.
Mientras tanto, sigue su vida como se le ha planteado hasta el momento, es decir con muchos sacrificios y que son compartidos por su señora, Viby Gálvez, quien en forma permanente ha estado a su lado con determinación, lo que ha dado como resultado el ver la vida con optimismo, valorando cada momento de la vida.
Marino espera volver a ejercer su profesión de dentista... y quién sabe, si hizo ver muy mal a los médicos que lo daban por desahuciado, no sería de extrañar verlo de nuevo a futuro sentado en una silla trabajando por la salud bucal de un paciente.

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