6 de enero de 2008

A mi gran amiga del alma

Hoy pensé en ti, tal y como hago a diario. Me hiciste creer en aquello que creía perdido o creía no era para mí; el derecho a una amistad como la tuya.

Hemos llorado y reído juntos.

Hemos suspirado de alegría y de emoción no importando la ocasión. Tus palabras han sido las que han abrazado mi alma en noches de soledad y desconsuelo. Me enseñaste que las lágrimas de vez en cuando son buenas y que con ellas aprendemos a purificar nuestra alma y espíritu.

Demostramos que una verdadera amistad no conlleva necesariamente años, sino que se forma de momentos y experiencias especiales como las que tu y yo hemos compartido en poco tiempo.

Me demostraste tu cariño siempre que podías. Me enseñaste a quererte de manera sin igual y a conocerte cada día más. Mi corazón siempre está contigo.

A mi gran amiga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

todos tenemos derecho a tener amigos y tú no eres la excepción. lo importante no es cuando se tienen, sino tenerlos y yo soy tu amiga real.....tu amiga de tu alma..